BIENVENIDOS, QUE DIOS LES LLENE DE RICAS BENDICIONES

JESUS ME HA REGALO LA VIDA, AMOR, ESPERANZA, SU GRACIA Y JUSTICIA, POR ESO HE CONSTRUIDO ESTA PAGINA, PARA DARLE GLORIA Y HONRA POR SER TAN MARAVILLOSO,Y REGALARNOS LA VIDA ETERNA.CRISTO VIENE PRONTO Y IREMOS A MORAR CON EL, PARA SIEMPRE. QUE ESTE BLOG SEA DE GRAN AYUDA ESPIRITUAL . QUE CADA TEMA, VIDEO, MUSICA, PAGINAS, LES PUEDA AYUDAR PARA CRECER Y AYUDAR A OTROS A VENIDR A LOS PIES DE JESUS. ES HORA DE NO CALLAR Y USAR ESTOS MEDIOS PARA DIFUNDIR EL MENSAJE DE CRISTO.

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DIOS LOS BENDIGA




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LA SABIDURIA VIENE DE DIOS

viernes, 17 de febrero de 2012

Se prostituyen por agua las niñas en Haití

VIDEO ESTREMECEDOR, MIRA LO QUE ES TENER HAMBRE!!

UN PUENTE SOBRE EL ABISMO


UN PUENTE SOBRE EL ABISMO



Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14: 6).


Cuando Jesús dijo: "yo soy el camino, y la verdad, y la vida", pronunció una verdad de significado admirable. La transgresión del hombre había separado a la tierra del cielo, y al hombre finito del Dios infinito. Como una isla se separa de un continente, así la tierra fue apartada del cielo y un gran canal quedó entre el hombre y Dios. Jesús salvó ese abismo, e hizo un camino para que el hombre fuera a Dios. El que no tiene luz espiritual, no ve el camino, no tiene esperanza; y los hombres han originado teorías propias acerca del camino de la vida... Pero Jesús es el único nombre dado a los hombres por el que pueden ser salvos. A través del abismo provocado por el pecado vienen las palabras de Jesús: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida".


No hay sino un Mediador entre Dios y el hombre... Tan sólo Cristo es el camino, la verdad, la vida; y el hombre puede ser justificado sólo mediante la imputación de la justicia de Cristo. El hombre es justificado gratuitamente por la gracia de Dios mediante la fe, y no por las obras, para que nadie se gloríe. La salvación es el don de Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor....


Pespués de que el enemigo había hecho pecar a Adán y Eva mediante engaños, quedó cortada la relación entre el cielo y la tierra; y si no hubiera sido por Jesucristo, el camino al cielo nunca más hubiera sido conocido por la raza caída... Cristo es la escalera mística, cuya base descansa sobre la tierra y cuyo peldaño superior llega al trono del Infinito...


Cristo dijo: "El que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá y hallará pastos" (Juan 10: 9). Alégrese la tierra, regocíjense los habitantes del mundo porque Cristo ha salvado el abismo abierto por el pecado y ha unido a la tierra con el cielo (Review and Herald, 11-11-1890).

UN ABOGADO REVESTIDO CON NUESTRA NATURALEZA

UN ABOGADO REVESTIDO CON NUESTRA NATURALEZA



Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo (1 Juan 2: 1).


Son ilimitados los decretos y dádivas de Dios en nuestro favor. El mismo trono de gracia está ocupado por Aquel que nos permite que lo llamemos Padre... Ha colocado a su diestra a un Abogado revestido con nuestra naturaleza. Como nuestro Intercesor, la obra de Cristo es presentarnos ante Dios como a sus hijos e hijas. Intercede a favor de los que lo reciben. Con su propia sangre ha pagado el precio de su rescate. Por virtud de sus propios méritos les da poder para llegar a ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. Y el Padre demuestra su infinito amor por Cristo al recibir y dar la bienvenida a los amigos de Cristo como a sus amigos. Está satisfecho con la expiación efectuada. Es glorificado con la encarnación, la vida, la muerte y la mediación de su Hijo.


Nuestras peticiones ascienden al Padre en el nombre de Cristo. El intercede en nuestro favor, y el Padre abre todos los tesoros de su gracia a nuestra disposición para que los disfrutemos y los impartamos a otros...


Cristo es el vínculo entre Dios y el hombre... Coloca toda la virtud de su justicia del lado del suplicante. Ruega por el hombre, y el hombre que necesita ayuda divina suplica por sí mismo en la presencia de Dios usando la influencia de Aquel que dio su vida por la vida del mundo. Cuando reconocemos delante de Dios nuestro aprecio por los méritos de Cristo, se añade fragancia a nuestras intercesiones. Cuando nos acercamos a Dios mediante la virtud de los méritos del Redentor, Cristo nos coloca muy cerca de su lado, rodeándonos con su brazo humano, mientras su brazo divino se aferra del trono del Infinito. Pone sus méritos, como dulce incienso en el incensario de nuestras manos a fin de animar nuestras peticiones (Testimonies, tomo 8, págs. 177-179).

domingo, 5 de febrero de 2012

HOY SE QUE NO ME ECHARA



Al que a mí viene, no le echo fuera. Juan 6:37


¿Hay en el Evangelio un solo caso en que veamos que Jesús rechace a quien a Él se acerca?


Si lo hubiera, desearíamos saberlo; más nunca lo hubo, ni lo habrá jamás.


Ninguno de los condenados podrá jamás decir: «Vine a Jesús y me echó fuera». No es posible que tú y yo fuéramos los primeros con quienes Jesús ha quebrantado su palabra. Jamás abriguemos tan mezquina sospecha.


Acerquémonos a Cristo con todos nuestros males presentes. De una cosa podemos estar ciertos: jamás nos negará la entrada, ni nos echará fuera. Quienes hemos ido muchas veces, y quienes nunca han ido, acudamos todos juntos, y comprobaremos que a nadie cierra la puerta de su gracia.


«Este a los pecadores recibe», pero a nadie rechaza.


Venimos a Él con la debilidad y el pecado, con una fe vacilante, con muy poco conocimiento y con menguada esperanza, y no nos rechaza.


Venimos con la oración indecisa, con la confesión incompleta, con la alabanza que no está en armonía con sus merecimientos, y, sin embargo, nos recibe.
Venimos enfermos, manchados, desanimados, indignos, mas no nos echa fuera.
Acudamos nuevamente a Él, hoy mismo, porque a nadie echa fuera.


Hoy… esa seguridad me inunda, esa paz me sobrecoge y esa certeza me abre las puertas de la fe. Confiado estoy de que él nunca me dejará afuera.


Señor, Gracias por darme la fe y la seguridad de acercarme a ti en medio de la oración. Se que no me echas fuera, sino que me recibes con tu amor. En el Nombre de Jesús. Amén.




CHarles Spurgeon.